Historias detrás de la cámara: “Copeland le daba fuerte a Sting y hasta yo le habría pegado a veces”

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Historias detrás de la cámara: “Copeland le daba fuerte a Sting y hasta yo le habría pegado a veces”

Historias detrás de la cámara: “Copeland le daba fuerte a Sting y hasta yo le habría pegado a veces”

Bob Dylan fue una de las razones por las que Lynn Goldsmith (Detroit, 1948) comenzó a escribir canciones. Si su madre le había comprado una guitarra había sido por él. Así que cuando en 1975 la llamaron para que fuera inmediatamente a tomarle unas fotos, tuvo que decidir si llegaría con la intención de crear una imagen que hiciera sentir la persona y su música... o si entraría como fan.

“Si iba como fan nunca haría un buen retrato”, explica la mítica fotógrafa de la escena del rock, que presenta su primera exposición individual en España que ha volado de Nueva York a Contrast Ibiza. Se inauguró esta semana, en Sa punta des Molí: veinte imágenes que salen de su libro Rock and roll stories y que van de retratos de Bob Dylan a otros de su buena amiga Patti Smith –le hizo la portada del álbum Easter (1978), donde aparece Because the Night– o de Michael Jackson durante el Victory tour (que le valió un World Press Photo), de U2 o de The Police, cuando grababan Ghost in the machine en la isla de Montserrat, o mucho antes, la famosa foto de los pies de los Beatles en el Doville Hotel de Miami.

“¿No quieres fotografiar mi cara?”, le preguntó Lennon cogiéndola del brazo. “Yo le miré con desdén, en 1964 los Beatles no me interesaban, sólo fotografié sus zapatos porque eran como los de James Brown“”

“¿No quieres fotografiar mi cara?”, le preguntó John Lennon cogiéndola del brazo. “Y yo sólo le miré con desdén, quería que me soltara. En 1964 los Beatles no me interesaban. Acaba de cumplir 16 años y a mi su gran éxito, I wanna hold your hand, me parecía una canción realmente tonta. Me gustaban los Rolling Stones, era fan de Little Richard y de James Brown, así que no quería tener nada que ver con los Beatles, sólo me fijé en sus zapatos porque eran como los de James Brown... Imagínate lo que he llegado a arrepentirme”.

Así es como logró publicar su primera foto. El periódico pensó que debía ser la única jovencita en Miami Beach que no quería nada de los Beatles... El dilema entre la inevitable faceta de fan y la profesional se le presentó más adelante, con ese primer capítulo con Bob Dylan de 1975. Lo explica esta artista que hoy pinta y escribe pero en aquel entonces componía canciones con gente como Todd Rundgren, Nile Rodgers o Steve Winwood, tenía un programa de televisión sobre rock, fue mánager de los Grand Funk Railroad y, en fin, catapultó al Boss con el libro Bruce Springsteen & The E Street Band, de la gira Darkness on the edge of town. En realidad nunca pretendió ganarse la vida haciendo fotos, solo le gustaba tomarlas y llevaba siempre una cámara encima. Pero fue viendo que le daba libertad y acceso a personas y lugares.

Bob Dylan es, junto con Fred Astaire, el único que ha intimidado a esta fotógrafa

Bob Dylan es, junto con Fred Astaire, el único que ha intimidado a esta fotógrafa

Lynn Goldsmith

“Había un pequeño estudio de grabación, Secret Sound, que levantó mi amigo Todd Rundgren, donde yo grababa mis demos. Un tipo llamado Mugi era el dueño, y una noche me llamó: ‘Bob Dylan está aquí, tienes que venir a hacerle fotos’. Le pregunté si le había pedido permiso, no me lo acabé de creer pero cogí un taxi. Estaba como en trance e iba repitiendo: ‘Voy a disparar a Bob Dylan, voy a disparar a Bob Dylan…[shoot en inglés]’y el taxista se detuvo porque quería echarme: '¡Fuera! No quiero asesinos en mi coche'“.

Sabía que el ascensor del estudio abría directamente a la sala, y que debía decidir: ¿iba como fotógrafa o iba como fan? Se abrieron las puertas y Bob Dylan estaba allí

Goldsmith supo que tenía que calmarse. Sabía que el ascensor del estudio abría directamente a la sala, y que debía decidir: ¿iba como fotógrafa o iba como fan? “”Se abrieron las puertas y Bob estaba justo allí. Le tendí la mano porque sé que si te presentas como una igual, la gente responde como igual. No es que él me la hubiera ofrecido, se la puse delante. Me la estrechó y le dije: ‘Hola, soy Lynn Goldsmith y me gustaría hacerte unas fotos’. Él respondió: ‘Ya tengo un fotógrafo’. Miré y era Ken Reagan, a quien conocía. ‘Con un fotógrafo tienes un punto de vista, con dos tienes dos’. Bob sonrió: ‘Entiendo tu punto de vista’.

Bob Dylan y Fred Astaire fueron los únicos que la intimidaron hasta este punto, asegura la fotógrafa. “Bob no es un ser humano normal. El primer capítulo de mi libro se titula Ángeles extraños, aunque también podría haberse titulado Locos hijos de puta. Incluye a Dylan, James Brown, Marianne Faithfull, Prince y Michael Jackson. Todos ellos tienen una mente distinta. Sus cerebros funcionan de otra manera”.

IBIZA, 08/05/2025.- Lynn Goldsmith, autora de icónicas fotografías de estrellas del rock, ha mantenido con algunos artistas relaciones personales estrechas, pero para retratar a otros ha debido despojarles de su condición de ídolos.

Lynn Goldsmith en la sala ibicenca donde expone sus retratos, como el de Frank Zappa, a la izquierda

Sergio G. Cañizares / EFE

En las antípodas se encontraba Frank Zappa. “Nunca entré mucho en su música, pero es el músico más inteligente y más divertido con el que jamás había trabajado. Si me callaba, siempre podía aprender algo. Tenía un tipo de inteligencia diferente a la de Bob. Se preocupaba por sus fans, era un mejor ser humano, más evolucionado que Bob, que es un poeta increíble y un gran manipulador: a Bob le importaba muchísimo su imagen; Frank se preocupaba por el mundo, alzaba la voz por los derechos“”.

Gran imitadora de voces, Lynn cuenta que le costó tomar una imagen en solitario de Michael Jackson mientras documentaba el Victory tour de los Jackson Five. “Aproveché que estábamos en un hotel, porque nos vigilaban, no querían que Michael y yo desapareciéramos. Y yo sabía que antes de ir a actuar, sobre las 7 de la tarde, atardecía. ‘Michael, si subimos al tejado ahora mismo, podrás ver la luz mágica’, le dije. ‘¿La luz mágica?’, reproduce Goldsmith la respuesta del rey del pop, con su característica voz cándida.

Con The Police trabajó mucho, incluso documentó su paso por la isla caribeña de Montserrat. De ahí ha escogido una foto para la exposición de Ibiza, en parte porque sabe que el origen de este nombre es una montaña en Catalunya (en España, dice ella), pero también porque cuando fue a documentar la grabación del álbum discutían mucho, particularmente Stewart y Sting. “Escribí sobre cómo las personas pueden hacer música increíble sin necesidad de llevarse bien. Sting, Stewart y Andy eran los tres personas muy inteligentes, bien educadas y con mundo, sobre todo Stewart, por los viajes siendo su padre tenía un alto cargo en la CIA“.

Para Lynn era un placer estar con ellos, porque todos tenían intereses en otras cosas. ”No eran músicos que se levantaban tarde, se drogaban, volvían a acostarse, se levantaban otra vez y tocaban -apunta-. Todos querían ir a museos o leer ciertos libros. Stewart era cineasta, Sting estaba escribiendo un guion, Andy siempre quería salir conmigo a hacer fotos del lugar donde estuviéramos. Era como estar con amigos de toda la vida. Se peleaban, pero Stewart, que es más alto, le daba fuerte a Sting. Y a veces yo misma tenía ganas de golpearle, por la forma irrespetuosa con la que se dirigía a Stewart, del todo innecesaria. Así eran ellos en aquel momento, estaban hartos unos de otros. La mayoría de estos tríos, como Emerson, Lake & Palmer, después de estar un tiempo de gira juntos, terminan odiándose”.

Keith Richards, muy fumado, junto  a su novia Patti Hansen

Keith Richards, muy fumado, junto a su novia Patti Hansen

Lynn Goldsmith

El que sí había tenido problemas con las drogas era Keith Richards, a quien la autora de Rock and roll stories considera una leyenda viviente, “solo por seguir vivo”, indica. “No tiene siquiera que tocar nada. El hecho de que este tipo esté en sus 80 años y no solo siga vivo, sino que siga tocando es legendario”. En la fotografía que cuelga de las paredes en la exposición aparece con su novia, Patti Hansen, con quien se casó.

La marihuana no me molesta ni me coloca, pero fuera lo que fuera lo que se estaba fumando Keith, le pedí a Patti que entrara en la toma y comenzamos a hacer estas fotos girando en círculo... y me desmayé”

“Yo sabía que Keith estaba consumiendo muchas drogas y no quería que se quedara colgado durante mi sesión. Quería hacer tantas fotos como pudiera mientras aún se mantuviera en pie. Así que metí en una habitación y cerré la puerta, lejos de todos excepto de Patti, que estaba ahí sentada. Él estaba fumando porros, y normalmente la marihuana no me molesta ni me coloca, pero fuera lo que fuera lo que se estaba fumando, le pedí a Patti que entrara en la toma y comenzamos a hacer estas fotos girando en círculo... y me desmayé. Sólo respirando el mismo aire de la habitación. Así que Keith, mis asistentes y Patti estuvieron de fiesta el resto de la noche y me dejaron tirada en el suelo. Y eso fue todo”.

Goldsmith, que todavía hoy vive en Nueva York, recalca que lo suyo fue totalmente autodidacta. En aquel tiempo no existía todavía ni el International Center of Photography (ICP) y muy pocas universidades tenían algún curso de fotografía. La gente acaba de aprendiz de alguien a quien admiraba. Ella aprendió a desarrollar una buena comunicación con sus fotografiados. Les podía llegar a mostrar las fotos con un proyector, para revisar qué les gustaba y qué no funcionaba, “porque planeaba seguir trabajando con ellos. Revisar las fotos y discutirlas, significa que la próxima vez puedes trabajar más rápido y hacer más, porque confían más en lo que haces. Entiendes lo que les gusta o no de sí mismos, y ellos también ven qué es lo que busca”.

¿Le habría gustado conseguir menos postureo y más vulnerabilidad en sus retratados? “Intento tener ambas cosas ahí. Quiero que el espectador, que en la mayoría de los casos es un fan, sienta que la imagen refleja a una persona que realmente se preocupa por ellos. Y las personas que se preocupan unas por otras muestran que son vulnerables”, afirma Goldsmith.

¿Cuál de todos ellos era el más vanidoso? “Don McLean -asegura-. Ya sabes, 'Bye, bye, Miss American Pie'. Le tuve que llamar la atención porque parecía que no le importaba un comino la portada de su propio álbum, así que interrumpí la sesión y le amenacé con echarle del estudio. Y entonces se puso en su sitio y comenzó a ser amable”.

La gente del público llevaba transistores para escuchar las decisiones de los árbitros y, bueno, interrumpieron la transmisión y dijeron que habían disparado a Lennon y que había muerto”

¿Y con quién mantuvo la relación más estrecha? “Siendo novia de David Byrne aprendí que yo, como italiana, judía, mediterránea, siento que gritar es una forma de mostrar amor. Pero él era escocés. Para él, gritar no significaba ‘te quiero’. Le grité una vez y no quiso volver a verme. Lo importante de esa historia no es salí con David Byrne, sino que cuando amas a alguien, debes entender cómo esa persona experimenta el amor. No cómo lo experimentas tú”.

¿Qué historia fue la más triste? “Cuando me asignaron hacer una historia de portada de una revista sobre John Lennon. Desde mi encuentro en 1964, en que perdí la ocasión, no había vuelto a tener oportunidad. Pero yo iba de camino a Miami, así que propuse hacerlo a la vuelta. Le dijeron a John Lennon que yo volvería y fijamos una fecha para hacerlo. Y entonces, estaba yo fuera fotografiando un importante partido de fútbol... la gente del público llevaba transistores para escuchar las decisiones de los árbitros y, bueno, interrumpieron la transmisión y dijeron que le habían disparado y que había muerto”.

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